Para la gran mayoría de quienes ejercitamos con el fin de mantener la salud y una buena forma física, la mejor opción de hidratación es el agua. Una buena alimentación y agua dan resultados muy buenos, sin necesidad de nada más.
La clave es comer de forma correcta antes y después del entrenamiento, y permanecer hidratados mientras ejercitamos. Eso es todo.
Sin embargo, en ocasiones nuestro entrenamiento puede ser más intenso de lo habitual, o extenderse más allá de los 45 o 60 minutos recomendables. También puede suceder que estemos en verano o haya exceso de humedad en el ambiente, haciendo que sudemos mucho, perdiendo sales minerales.
Para esos casos, y aún sin ser deportistas profesionales, podemos recurrir a las bebidas isotónicas, rehidratantes, o -también llamadas- deportivas. Estas bebidas tienen la función de reponer los nutrientes perdidos durante el entrenamiento, incluso energía.
¿Natural o Artificial?
Considerando que entreno no más de 60 minutos al día (75 con calentamientos previos y estiramientos posterioes), busqué opciones que permitan:
- Reponer sales minerales y energía durante el ejercicio de manera de poder entrenar con mayor intensidad;
- Saciar la sed.
Pronto descarté las opciones comerciales, por diferentes razones:
- No soy un deportista profesional con requerimientos especiales;
- No deseo gastar mucho dinero (considerando que entreno unas cinco veces por semana).
Algo que también me decidió por no optar por una bebida comercial es que ninguna de ellas me sació la sed mientras entrenaba. Cada vez, debía recurrir al dispenser de agua. ¡Resulta más que curioso que una bebida rehidratante no hidrate!.
¿Azúcar Sí o No?
Con las bebidas isotónicas comerciales descartadas, busqué recetas de bebidas caseras. En la red existen miles de ellas, con más o menos ingredientes y mayor o menor capacidad de reposición de sales minerales y energía.
En cuanto a los ingredientes, me llamó la atención la cantidad de recetas que incluyen azúcar refinada y sal de mesa refinada.
El azúcar refinado (sacarosa) para reponer energía y la sal refinada para reponer las sales minerales. Sin embargo, ninguno de ellos es un nutriente. Ambos aportan calorías pero no nutren.
Y si no nutren ¿cómo pueden reponer nutrientes que nuestro cuerpo pierde debido al esfuerzo? Son calorías vacías.
Descubrir esto también sirvió para dejar de lado las bebidas comerciales, con ingredientes artificiales (que además incluyen conservantes, colorantes y saborizantes artificiales).
Una Bebida Isotónica Natural y Casera
Considerando que se busca una bebida isotónica para un deportista no profesional que ejercita como parte de un estilo de vida que busca la salud y estar en forma, me decanté por una receta muy sencilla y económica que cumple con las expectativas y además es natural:
- 1/2 litro del agua que bebes habitualmente;
- 1 cucharada de postre de sal marina sin refinar;
- 1 cucharada de postre de bicarbonato de sodio natural;
- Zumo (jugo) de 1 o 2 naranjas o toronjas;
- Opcional: 1 cucharada de miel natural.
El agua es el ingrediente principal de nuestra bebida. Más del 60% de nuestro cuerpo es agua. Más del 80% de nuestra sangre es agua.
El agua regula la temperatura del cuerpo, lubrica las articulaciones, ayuda a que el cerebro funcione mejor, desintoxica el cuerpo evitando enfermedades y mantiene el balance de electrolitos en las células de los músculos, algo esencial cuando ejercitamos.
Además, ayuda a perder peso al permitir la evacuación de los derivados de las grasas que quemamos al entrenar.
La sal marina sin refinar se obtiene de la evaporación del agua de mar. Contiene alrededor de un 80% de cloruro de sodio y también los oligoelementos calcio, cloruro de magnesio, potasio, yodo y manganeso; que son las sales minerales que buscamos reponer. La sal refinada, en cambio, es 99% cloruro de sodio; y no contiene oligoelementos (elementos esenciales para la vida).
La sal marina es fácil de conseguir y su coste no es elevado, considerando que cada preparación insume solo una cucharada de postre de ella.
El bicarbonato de sodio es un compuesto natural muy utilizado en cocina -particularmente en repostería- y también en medicina. Es muy conocido el uso del bicarbonato de sodio para aliviar la acidez estomacal o la indigestión. También se utiliza para bajar los niveles de azúcar en sangre, controlar el nivel de colesterol LDL y para depurar el hígado.
Por otro lado, también tiene muchos usos en cosmética, limpieza, e incluso para el jardín y los animales.
El zumo de fruta es un ingrediente que permite, en primer lugar, mejorar el sabor de la bebida. Debido a la sal de mar y al bicarbonato de sodio, el gusto será ligeramente salado, pero se corrige con el zumo de una o dos naranjas (a gusto).
El zumo también aporta energía gracias a la fructosa (el azúcar natural de la fruta) que posee.
La miel natural es un ingrediente que aporta energía en forma de fructosa y glucosa. Al ser azúcares simples, son de rápida asimilación por el cuerpo. La miel también ayuda a mejorar el sabor de la bebida.
Es un ingrediente opcional porque puede hacer demasiado dulce la bebida, lo que reduce su capacidad de saciar la sed. Si deseas incorporarla puedes experimentar qué cantidad (la menor posible) es buena para ti.
Tanto el zumo de fruta natural como la miel natural son opciones más sanas que el azúcar refinado. Al igual que la sal refinada, la sacarosa (azúcar refinada) no aporta nutrientes, tan solo energía en forma de calorías vacías.
Debido a su refinamiento, la sacarosa se digiere y llega al torrente sanguíneo a gran velocidad. Eso supone una enorme inyección de energía, pero también un shock para nuestro cuerpo (y el cerebro, particularmente), que debe luchar para restablecer el nivel de azúcar en sangre produciendo más insulina.
Ese proceso nos lleva a una sensación de letargo y cansancio que nos incita a consumir más azúcar refinado para volver al estado anterior de euforia. Así ingresamos a un círculo vicioso donde luchamos contra nuestro propio cuerpo, al mismo tiempo que lo sometemos a un gran esfuerzo físico.
Conclusión
En el mercado existen cientos y hasta miles de bebidas isotónicas que cubren cada aspecto del entrenamiento físico (antes, durante y después). Sin embargo, para quienes entrenan como parte de un estilo de vida saludable, estas fórmulas son excesivas, debido a que la intensidad del ejercicio no es elevada en extremo.
Por otro lado, es posible tener una alternativa natural y saludable de bebida isotónica que nos permita empujar un poco más nuestros límites. Una bebida fácil de preparar, con ingredientes naturales, sencillos y económicos que se pueden conseguir en todo el mundo.
Esa bebida, que ofrecimos en este artículo, permite reponer sales minerales a partir de ingredientes naturales y saludables.
Quizá no aporte tanta energía como las bebidas comerciales, que recurren a ingredientes artificiales, pero como mencionamos al principio de éste artículo, esa energía la obtenemos de una correcta alimentación y descanso antes de entrenar.
Anímate y prepara tu propia bebida isotónica. Siéntete con la libertad de adaptar la receta a tus necesidades y gustos:
- Multiplícala si deseas preparar más cantidad o divídela si necesitas menos;
- Utiliza zumo de limón o de otro cítrico si lo prefieres.;
- Ten cuidado de no agregar sal marina o bicarbonato de sodio en exceso, ya que el sodio (presente en ambos) en excesiva cantidad es malo para nuestro cuerpo;
- De ser posible, no agregues miel. A pesar de ser natural, cualquier azúcar en exceso es malo. Recuerda obtener la energía de tu comida preentrenamiento.
Dado que es una bebida que se digiere en unos 15 minutos, puedes comenzar a beberla apenas hayas comenzado tu entrenamiento de 45 o 60 minutos para aprovecharla al máximo. Bébela a una temperatura templada -no muy fría- para una mejor digestión, y hazlo en sorbos breves, con el mismo fin. Agítala antes de beber y, sobre todo, ¡disfrútala!.