
Cuando del entrenamiento de resistencia se trata, es significativo que se dedique tan poco tiempo a hablar de las habilidades mentales necesarias para practicar el levantamiento en el alto nivel.
Para el coach y dos veces campeón mundial de Raw Powerlifting, Charles Staley, hay tres posibles explicaciones para la ausencia de este tipo de información:
- No creemos que tales habilidades sean importantes;
- Creemos que son importantes, pero que no se pueden enseñar. En otras palabras: lo tienes, o no lo tienes;
- Entendemos la relevancia de la mente en el éxito en la práctica del levantamiento, pero no nos sentimos capacitados para enseñar estas habilidades a otras personas.
Las habilidades psicológicas merecen más atención. Después de todo, una vez que tus habilidades físicas están bien desarrolladas, la psicología estratégica puede ser el arma más poderosa de tu arsenal.
En base a esta idea, Staley recopiló sus mejores consejos para que puedas desarrollar tus habilidades mentales en relación al entrenamiento de resistencia; ya sea que vayas a competir en levantamiento de potencia, en culturismo, o tan solo busques mantener la motivación necesaria para lograr el objetivo de bajar de peso o adoptar un estilo de vida saludable.
#1 – Tienes Que Querer Hacerlo
Debo ser honesto. En ocasiones, cuando me acerco a una barra cargada con 225 kilogramos de peso, una parte de mí en realidad no quiere tener nada que ver con eso. Después de todo, y en el mejor de los casos, esos 225 kilogramos requerirán una enorme cantidad de esfuerzo concentrado. Y en el peor de los casos, esa gran cantidad de peso tiene el potencial de hacer mucho daño a mi cuerpo.
Siempre es así, ¿verdad? Cuando estás a punto de realizar una tarea física difícil, potencialmente perjudicial, gran parte de ti no querrá tener nada que ver con eso. La única pregunta real aquí es ¿existe otra parte de ti que realmente sí lo quiere? En otras palabras, tienes que encontrar una manera de hacer que la parte de ti que sí lo quiere sea más grande que la parte de ti que no quiere.
La cuestión es averiguar cómo hacerlo. Para mí, es una cuestión de volver a conectar con mis objetivos e imaginar lo bien que me voy a sentir una vez que haya abordado y superado el reto.
Para ti puede ser eso, o puede que sea algo más. Pero sea lo que sea, tienes que encontrarlo.
#2 – Sé El Más Débil Del Gimnasio
Años atrás, antes de mudarme a California, el mayor levantamiento de potencia que había visto era una sentadilla de 227 kilogramos. Pero a poco de aterrizar en Santa Bárbara, vi a un chico hacer dos repeticiones en press de banca con 272 kilogramos, en busca de desarrollar su fuerza. Inspirado por él, antes del final de ese mes el peso que utilizaba en mis levantamientos habían aumentado en un 15%.
La lección que aprendí en ese entonces es que debes buscar rodearte de personas que sean mejores que tú. Al hacer esto, estas personas tendrán sobre ti un efecto de arrastre hacia su nivel.
Si eres el más fuerte del gimnasio, en cambio, sucede lo contrario: el chico más débil de tu entorno te arrastrará hacia él.
Un gimnasio es como un laboratorio para la vida. En cualquier tipo de tarea, incluyendo actividades profesionales, siempre es mejor ser el más débil de la habitación (el que más se beneficiará).
#3 – Optimiza Tu Entorno
La estrategia del punto #2 es, en realidad, un componente individual de una estrategia más grande. Pero antes de profundizar en esto, es necesario señalar que los grandes levantadores tienen la capacidad de prosperar en cualquier ambiente; lo que constituye una habilidad que es conveniente adoptar.
Una vez que comprendemos esto, debemos centrarnos en encontrar o crear un ambiente óptimo para obtener nuestro rendimiento máximo.
Un ambiente óptimo puede significar muchas cosas: el equipamiento, la gente, la temperatura, la música, la iluminación, y toda una serie de elementos intangibles que pueden mejorar o perjudicar tu rendimiento.
Pero el hombre es un animal de costumbres. Una vez que encuentra un lugar que satisface sus necesidades básicas, es difícil que se mueva de allí. Debes protegerte contra esto. Mantén un ojo buscando mejores gimnasios, mejor equipamiento o mejores levantadores de los que puedas aprender. Debes encontrar un lugar donde realmente puedas prosperar y alcanzar tu potencial.
#4 – Enfócate En El Esfuerzo, No En Los Resultados
Si te preocupas por alcanzar objetivos elevados, es natural que te ocupes de los resultados que obtienes de tu esfuerzo. ¿Por qué, entonces, este título? Porque si te preocupas demasiado por los resultados de tu esfuerzo puedes perjudicar significativamente el propio esfuerzo que haces.
Yo comparo esto con la filosofía de los samuráis de liberarse a sí mismos del miedo a la muerte. El profundo desprecio por la propia mortalidad es la clave -la única clave, en realidad- que abre el potencial de la lucha máxima: el miedo a resultar herido o muerto crea duda y vacilación, porque las consecuencias de hacer lo incorrecto son insoportables.
Otro ejemplo: debes caminar 15 metros sobre una tabla de 30 centímetros de ancho, suspendida a medio metro del piso. ¿Puedes hacerlo? Bien, ahora cambiemos un poco las consecuencias: debes caminar sobre la misma tabla, pero ahora está suspendida a medio metro de un estanque lleno de caimanes. ¿Todavía puedes hacerlo? ¿No? ¿Por qué, si es la misma tarea?
La clave consiste en liberarse de las consecuencias para que las acciones se realicen con pleno compromiso.
A menudo le digo a un cliente que prepara un levantamiento difícil: “No hay sorpresas aquí. Sabes lo que sucederá: lo conseguirás, o no lo conseguirás.” Esta frase tiene el efecto de liberar de posibles consecuencias negativas, lo que a su vez permite a mi cliente enfocarse en la calidad y cantidad de su esfuerzo.
Después de todo, un levantamiento en un gimnasio no es tan peligroso como caminar sobre caimanes. Si fallas, siempre puedes volver a intentarlo otro día. Y de hecho, lo harás. De manera que concéntrate en lo que estás haciendo, porque si lo haces bien, el resultado se ocupará de si mismo y no tendrás que hacerlo tú.
#5 – Compárate Con Los Demás (Estratégicamente)
Es natural que te compares con los demás. Es una gran manera de evaluar tu nivel entre otros atletas, pero tales comparaciones también pueden ser una trampa psicológica. Personalmente, si quiero calmar mi ego, me digo que soy más fuerte que la mayoría de mis compañeros de igual edad y peso corporal.
Pero este tipo de comparación no alimenta mi motivación para trabajar más duro, de manera que solo lo uso cuando me siento especialmente desanimado.
Una comparación más útil es ver cuán malos son mis récords personales de levantamiento en comparación con aquellos de los más grandes del deporte que he elegido. Hay chicos que pueden hacer 2o repeticiones con mi 1RM (peso máximo para 1 repetición) en peso muerto, o 5 repeticiones con mi mejor peso en sentadillas.
Esos son los tipos de comparaciones que me sacuden la autocomplacencia; algo que -la mayoría de las veces, es exactamente lo que necesito.
De manera que asegúrate de hacer comparaciones que te inspiren y provoquen una reacción constructiva, en lugar de aquellas que promuevan la complacencia.
#6 – Evita El Pensamiento “Todo o Nada”
Hay un viejo refrán que dice “lo perfecto es enemigo de lo bueno.” Todos nosotros necesitamos de una cierta estructura rígida en nuestra formación, pero no podemos dejar que esa rigidez nos domine. Desde el principio debemos reconocer que conducir por una carretera recta necesitará correcciones constantes del volante. Mínimas, pero correcciones al fin.
La verdad es que incluso los mejores levantadores y atletas del mundo están constantemente experimentando y modernizando sus programas de entrenamiento.
Diría que es necesario que reduzcas tus expectativas. Ni siquiera debes esperar que las cosas vayan bien. Pensando de esta manera, cuando tu programa de entrenamiento a largo plazo se enfrente a algún problema (y créeme, lo hará) serás capaz de hacer las correcciones necesarias en ese mismo momento, y seguir adelante.
#7 – Ten El Mejor “Peor” Día Posible
En el gimnasio, todos tenemos un gran día de vez en cuando. Pero, ¿cuántos de nosotros hacemos lo mejor en nuestros “días malos”? De forma instintiva, la mayoría de nosotros nos medimos por nuestros mejores días, pero los mejores atletas son los que consiguen extraer de sí mismos lo mejor, incluso en los días malos.
¿No has dormido bien? ¿Problemas con el estudio o en el trabajo? ¿Sientes una molestia en el codo? ¿Cómo de hábil eres para salvar una mala situación?
Recuerda: tu cuerpo hará lo que lo que tu mente le ordene.
