Cuando de perder peso se trata, la elección de alimentos saludables puede ser frustraste. Por lo general, nuestra lista de opciones es breve y eso podría conducir al fracaso de nuestro plan de pérdida de peso.
Sin embargo, con un poco de investigación es posible descubrir (mejor dicho, redescubrir) alimentos que en principio no escogeríamos porque no los consideramos aptos para una dieta que nos permita perder los kilos de más.
Olvida los prejuicios y añade a tu lista de compras alguno (¡o todos!) de estos alimentos que la ciencia ha reivindicado como grandes ayudas a la hora de perder peso.
#1 – Calabaza
Por su sabor dulzón, mucha gente considera a la calabaza (calabacín, zapallo) como un alimento no apto para una dieta de pérdida de peso. Sin embargo, aporta menos de 40 calorías por 100 gramos de peso, y el 95% de su composición es agua.
La principal característica de la calabaza, que la convierte en un alimento muy apto para bajar de peso, es que está llena de fibra que retrasa la digestión y mantiene la sensación de saciedad por más tiempo.
Lo mejor es utilizar el fruto natural, pero si no lo consigues o no te das maña al cocerlo, puedes utilizar calabaza en conserva, siempre y cuando no tenga azúcar añadida.
#2 – Remolacha
Otro alimento inesperado que es habitualmente eliminado de las dietas por su contenido de azúcar (algunas variedades de remolacha se utilizan para obtener azúcar refinada).
Pero la remolacha o beterrada es una hortaliza que está llena de nitratos, un compuesto que ayuda a la vasodilatación (ensanchamiento de los vasos sanguíneos) y que por ello ayuda a la hora de practicar un deporte o ejercitar en el gimnasio. Cuanto más duro entrenes en el gimnansio, más calorías quemarás y más peso podrás perder.
La remolacha es muy sencilla de cocer. Tan solo la hierves y ya. Puedes acompañar pollo o carne con ella, o hacer una ensalada proteica cortándola en cubos y mezclándola con dos o tres variedades de queso más una cucharada de té de aceite de oliva y especias.
#3 – Sardinas
Las sardinas son una forma muy práctica de añadir pescado azul a la dieta. No es necesario cocer la conserva de sardina, puedes almacenarla por largo tiempo y es muy práctica para agregar a comidas y ensaladas.
Comer pescado azul -como la sardina- tres o más veces por semana eleva el nivel de leptina, una hormona liberada por las células grasas que permite regular el apetito y los niveles de grasa corporal.
#4 – Pomelo
El miedo a la fructosa (azúcar de las frutas) hace que el pomelo o toronja no sea considerado en muchas dietas de pérdida de peso.
Sin embargo, es hora de reconsiderar esto, puesto que un estudio del Centro de Nutrición y Metabolismo de la Clínica Scripps encontró que comer media toronja con las comidas acelera la pérdida de grasa.
Cuando comas pomelo, asegúrate de comer también la parte blanca, ya que es una excelente fuente de fibras solubles. La fibra soluble, además de captar agua, es capaz de disminuir y ralentizar la absorción de grasas y azúcares de los alimentos, lo que contribuye a regular los niveles de colesterol y de glucosa (azúcar) en sangre.
#5 – Patatas Cocidas Frías
Cocer y dejar enfriar las patatas conduce a la formación de almidón resistente, a través de un proceso conocido como retrogradación. Para provocar la retrogradación es necesario cocer las patatas o papas y dejarlas enfriar, de manera que parte del almidón (no recomendado en muchas dietas) se convierte en resistente.
El almidón resistente es llamado así porque resiste el proceso de digestión en el estómago y el intestino delgado, depositándose en el intestino grueso donde cumple la función benéfica de ayudar al desarrollo de la flora intestinal.
El almidón resistente también ayuda a mejorar la sensibilidad a la insulina (hormona que controla el nivel de glucosa -azúcar- en la sangre) y aumentar la saciedad, dos factores muy importantes a la hora de perder peso.
#6 – Aceite de Canola
El aceite de canola o colza contiene un tercio de gasas poliinsaturadas, una mezcla de grasas Omega-3 y Omega-6 (grasas buenas) muy beneficiosas para la salud cuando se consumen de forma moderada.
Las grasas poliinsaturadas pueden ayudar a bajar el nivel del colesterol y reducir el riesgo de enfermedades del corazón, al reducir los niveles de triglicéridos.
En relación a la pérdida de peso, incluir aceite de canola en la dieta permite ganar masa muscular magra, a diferencia de otras grasas.