Todos tenemos al menos un amigo o amiga que parece ser inmune a las calorías, no necesita usar la cinta seis días a la semana y -lo peor de todo- siempre está en forma, sea verano o invierno, otoño o primavera.
Aunque se puede alegar que hay mucha influencia de buena genética, también es verdad que estas personas llevan años cultivando hábitos saludables que aplican con naturalidad día tras día. Sabemos que corren o van al gimnasio tres o más días a la semana, que eligen alimentos saludables y que no se obsesionan con la cantidad de calorías si desean tomar una o dos galletas.
Si pudiéramos incorporar estos hábitos de la misma manera que lo hacen los naturalmente en forma, nuestro camino a la pérdida de peso sería mucho más breve, divertido y sin culpas.
Veamos cinco de esas cosas, y hagamos un pequeño esfuerzo para emularlos (¡dicen que pensar como una persona delgada ayuda a bajar de peso!):
#1 – Disfrutan de Estar Activos
Para los naturalmente delgados, ejercitar es un momento que disfrutan. Estar en movimiento no es algo que ven como obligatorio para estar en forma, sino que gustan de la sensación de moverse y lo valoran más que quedarse sentados en el sofá. El beneficio para la salud es añadido.
Si eres de los que se angustia o mira con temor el reloj cada vez que se acerca el momento de ejercitar, quizá debas cambiar el enfoque mental hacia tu rutina. No debes ver el ejercicio como una tortura, sino como un momento de desconexión de los problemas diarios y que, cuando terminas, te genera satisfacción por el trabajo realizado.
Y si realmente odias ejercitar, entonces es probable que el problema sea tu entrenamiento, y no tú. La mayoría de las personas que desea bajar de peso y decide ir a un gimnasio, se pone en mano del entrenador y sigue sus instrucciones sin contradecirlo (ya demasiada vergüenza es estar en un lugar en que sientes que no encajas), para terminar abandonando muy pronto por no estar a gusto.
La actitud correcta es buscar aquello que disfrutamos más a la hora de hacer ejercicio. Probar todo y pedir al entrenador que elabore una rutina alrededor de eso. Quizá no nos gusta la bicicleta fija, pero sí la cinta. O nos aburre entrenar con pesos, pero disfrutamos de la adrenalina de un entrenamiento HIIT. Quizá nuestro lugar no esté junto a las pesas y máquinas, sino en la sala de baile.
He conocido personas que sufrían las sesiones de gimnasio, pero bailando (en el gimnasio, en clases de salsa u otro tipo de música) consiguieron su objetivo de bajar de peso sin sufrir. Mejor aún, consiguen mantener el peso porque siguen tomando esas clases de baile que las hace estar en forma y felices.
#2 – No Hacen Dieta
Regresando a esos amigos naturalmente delgados del principio: ¿alguna vez les has visto probar todas las dietas de moda? Si haces memoria, recordarás aquellas veces en que ese amigo o amiga reemplazó una comida por otra, o sencillamente comió de esa comida tan caloríca pero dejó la mayor parte de la porción en el plato; o la acompañó con una ensalada de buen tamaño.
Las personas que llevan años en forma no hacen dieta, porque comer de manera saludable es parte de su estilo de vida.
Tú también puedes adquirir este hábito si aprendes a escuchar a tu cuerpo. ¿Qué alimento sano te hace sentir bien, satisfecho y con energía durante el día? ¿Qué cantidad de comida es suficiente para satisfacerte (el aviso de satisfacción de nuestro estómago tarda un tiempo hasta llegar al cerebro)? ¿Con qué puedes reemplazar ese alimento no saludable?
Si trabajas un poco para responder a estas preguntas, pronto serás uno más de aquellos que tiene incorporado el hábito de comer saludable y no necesitarás de cada nueva dieta milagrosa que surja.
#3 – Pasan Tiempo Con Otras Personas En Forma
Sabes que muchos de tus hábitos están en relación con las personas que conforman tu grupo más íntimo. Si tus amigos se reúnen los fines de semana para comer comida basura y beber bebidas colas o alcohólicas, ¿qué crees que harás tú?.
Seguramente tendrás amigos que gustan de la comida chatarra y otros que disfrutan más la comida saludable. Una cena, por separado, con cada uno de ellos es una experiencia muy diferente ¿verdad?.
Si acostumbras reunirte con gente con hábitos saludables, tanto a la hora de comer como también a la hora de ejercitar, muy probablemente te unas a ellos y adquieras esos hábitos.
Al principio, esto puede ser muy difícil si todos tus amigos tienen hábitos poco saludables. No es cuestión de abandonarlos, sino de animarles a cambiar esos malos hábitos con pequeños cambios. También puedes sumar nuevos amigos en el gimnasio o en el campo de deporte, para que te animen a ti a ser más activo.
#4 – Dan Importancia a un Buen Descanso
Estar en forma no significa tan solo una alimentación saludable y ejercicio regular. Como ya te hemos contado en Fitonica.com, dormir lo suficiente es esencial para mantenerse saludable y en forma.
«La falta de sueño puede conducir a más malos hábitos a lo largo de los años. No dormir es causa de depresión, disminución de la líbido, aumento de peso (por trastornos en el metabolismo) y más. Y si el trastorno del sueño es crónico, se corre el riesgo de contraer diabetes, sufrir derrames cerebrales, enfermedades del corazón, arritmias, hipertensión y otras dolencias. Con el paso del tiempo, dormir poco o nada afecta tus procesos cognitivos y tu estado de alerta, concentración, razonamiento y la capacidad de resolución de problemas.»
Trata de dormir entre 7 y 8 horas por noche.
#5 – No Intentan Ser ‘Perfectos’
Si eres de los que considera que todo está perdido si te has dado un atracón o no has ejercitado durante tres días, piénsalo de nuevo. No pierdas todo el esfuerzo anterior que has realizado. Comienza nuevamente.
Existen unas pocas personas que evitan comer incluso un pequeño bocado de un postre con tal de mantenerse en forma, y no parecen verse afectados por ello. Sin embargo, la mayoría de nosotros necesitamos una recompensa -en forma de un pequeño bollo o un trozo de chocolate- con el fin de mantener nuestra motivación.
Darte permiso para disfrutar de tu comida favorita de vez en cuando, es una manera saludable de evitar el desánimo que resulta de tener una lista de alimentos «prohibidos». Del mismo modo, si tu cuerpo realmente pide un día de descanso del ejercicio cuando no lo habías programado, tómalo y no te sientas culpable por ello.
Si puedes crear un equilibrio entre tus hábitos alimentarios y de ejercicio, como resultado serás una persona en forma y más feliz.
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